De manera casi incomprensible, al menos para nosotros, conforme pasa el tiempo y vamos cumpliendo años, cuesta más encontrar en nuestro dÃa a dÃa esa sensación que los franceses identifican con la expresión déjà vu. Tiempo atrás, especialmente en la adolescencia esa sensación de haber vivido con anterioridad algo nos asaltaba de manera constante, mientras que ahora, con más experiencias, vivencias, concocimientos…parece que por fin todo vuelve a ser nuevo.
En lo musical el hablar de referencias es nuestro dÃa a dÃa, qué raro resulta a estas alturas (tampoco hace falta) hablar de absoluta originalidad cuando afrontamos la escucha de un nuevo disco o grupo. Todos los músicos son, o debieran de haberlo sido, fans de la música antes que compositores, teniendo en cuenta esto resulta difÃcil imaginar a ningún artista que haya logrado salir indemne del envite que supone toda una vida de aprendizaje a base de enseñanzas ajenas. Sin embargo en música no solemos hablar de déjà vu, es de suponer que por las connotaciones peyorativas que podrÃa tener la aplicación del término al ámbito musical. Bien, de acuerdo, aceptamos la limitación, pero hoy no podemos más que rescatar la dichosa expresión (que no vamos a volver a mencionar) para hablar del flamante debut de Bedroom Eyes…