Parecía que no iba a llegar el momento de volver por aquí con algunas nuevas líneas, y lo cierto es que ésta es una ocasión, no sé si especial, pero sí significativa. El presente comentario en 360º de Separación es el primero de un nuevo año. Y es que ya hemos cumplido todo un año y parece que fue ayer cuando inaugurábamos este diminuto rincón en el que hablar de antiguos y nuevos, pero ante todo, buenos grupos de Pop, Indie Pop….llámalo como quieras. Un año de satisfacciones en los que más que nunca me he maravillado con cada nuevo descubrimiento que ha conseguido hacer saltar ese resorte que todos los que nos llamamos aficionados a la música tenemos escondido en nuestro interior. Y un año donde el rescate de viejas y añoradas bandas ha sido el más placentero imaginable gracias a la posibilidad de compartir las emociones que éstas me producían. En definitiva, un gran año musicalmente hablando, con el reencuentro de viejos amigos y la bienvenida a nuevos conocidos devotos de eso que aquí (Manolo Martos dixit) tanto se reverencia, la melodía.

Pero dejémonos de sentimentalismos, hoy hemos venido aquí a hablar de uno de nuestros héroes, porque en estos nuevos tiempos que corren, en estos nuevos mundos digitales, parece que más que nunca estamos necesitados de héroes. De esos que hace casi veinte años nos convirtieron en fieles devotos de sus actos, y de los que hoy, en esta nueva realidad en la que prima el usar y tirar, tan difíciles son de encontrar. Porque ya no queda tiempo para entablar esa íntima relación necesaria para convertir a alguien en un héroe, porque todos tiran antes la toalla, porque todos crecen y dejan atrás la brillantez de sus primeros pasos, rápidamente sustituidos por nuevas hordas de aspirantes a estrellas del Indie Pop. Pero por fortuna, aquellos que hoy no somos capaces de encontrar personajes con el genio de antaño, todavía podemos aguardar por las nuevas canciones de algún corredor de fondo inasequible al desaliento, y este es el caso del británico Graeme Elston, nombre que a buen seguro sonará menos que el de otras figuras relevantes de la independencia de los últimos años 80’s, como Amelia Fletcher, Bob Wratten o Julian Henry, pero que al igual que éstos ha sabido mantenerse en buena forma hasta llegar hasta nuestros días.

Ahora bien, si en vez de Graeme Elston hablamos de Slipslide, el estupendo grupo de Matinée Recordings, con un par de Ep’s y todo un Lp en su haber, seguro que muchos estarán familiarizados con la música de Graeme Elston aún sin conocerle, puesto que Slipslide es su grupo actual, donde sigue elaborando el mismo tipo de música de marcado acento elegante que le ha caracterizado a lo largo de casi dos décadas en las que nunca ha llegado a alejarse de la música. Terminando con Slipslide, pero antes dando forma a sus canciones (de menos a más antiguas) bajo nombres como Eva Luna/Pure (en realidad la misma banda con distinto nombre, debido una disputa con otra banda sobre la propiedad del nombre Pure), con discos para Sugarfrost o A Turntable Friend y debutando discográficamente como Love Parade, siendo ésta la más recordada banda de todas en cuantas ha participado Graeme Elston.

Pero vayamos por partes, puede que más adelante nos ocupemos del resto de sus bandas, pero hoy centraremos nuestro interés en el redescubrimiento de las pocas canciones que Love Parade grabaron a lo largo de su existencia. Poco más de tres años en los que el cuarteto formado por Graeme Elston, Dave Masterman, Neil Meldrum y David Lee dieron rienda suelta a su Pop de impecable inspiración, ya fuese el catálogo del sello Postcard, del que tomarán toda su frescura, la elegancia del C86 o la impericia instrumental de algunas de las nuevas bandas del recién nacido sello Sarah Records. Un cóctel que llamará la atención de Stephen Maughan, del fanzine This Almighty Pop, que en 1988 les dará la oportunidad de grabar su primer disco en forma de un flexi distribuido junto con su fanzine. El disco de título Under The Weather contiene dos temas, el primero es el que titula el flexi y es una de las piezas más enérgicas y optimistas que grabará el grupo, las guitarras se muestran deudoras del C86 pero sobre todo del Ask de los Smiths, reconocida fuente de inspiración para el tema, y Graeme muestra una voz de profundidad parecida a la de los mejores Bradford en un ejercicio de mimetización temporal difícilmente igualable, resultando fácil acertar en la ubicación temporal del tema. Acompañando al tema principal aparece Wounded, más simple y reposada, los cuatro jovenzuelos ya se atreven a cambiar los tiempos de una canción e introducir coros, el resultado es estupendo y se sitúa como representativo del Indie Pop de aquellos años. El siguiente paso lógico será el de la búsqueda del 7”, oportunidad que pronto se les ofrece gracias a una oferta llegada desde Alemania, y es que el nuevo sello A Turntable Friend fichará a Love Parade para la primera referencia de su catálogo, es así como verá la luz Lazy Days, un 7” con deliciosa portada protagonizada por Ingrid Bergman. El disco contiene cuatro temas y no puede calificarse de otra manera que de diamante en bruto, nos encontramos con un Ep. de precario sonido y dudosa técnica en la interpretación pero que sin embargo posee un indiscutible magnetismo. Las canciones emergen de entre el pequeño despropósito que es la edición del disco, que no pasa de ser poco más que la regrabación algunos temas de una de las dos maquetas que publicó la banda, así Lazy Days y Autumn serán los temas ya conocidos, el primero puede pasar perfectamente como la más bonita canción compuesta por Love Parade, las guitarras, primitivas e inocentes, resultan perfectas, los omnipresentes coros marcan toda la canción mientras que la melancolía nos invade y obliga a escuchar la canción una y otra vez. Autumn se marca un pequeño crescendo con indisimulado guiño/inspiración/copia de House Of Love y robo de la guitarra final al Hey de los Pale Fountains. Sick Joke vuelve al ritmo que marcaba Under The Weather, la primera canción de su flexi, mientras que Priory debe su existencia a la devoción de Graeme Elston por James. En resumen, un disco que deja a las claras la mitomanía presente en el grupo, que se inspira sin disimulo ni vergüenza en los grupos favoritos de unos chicos que todavía no abandonaron la adolescencia.

Lazy Days marcará el fin de una etapa en Love Parade, con el abandono de Davey Lee de la banda (según el propio Graeme, fruto del descubrimiento de las chicas), y la consecuente remodelación de la formación que se encargará de la grabación del que será el segundo 7” en A Turntable Friend. De esta manera The Guild Chest verá la luz en 1990, en esta ocasión el Ep. se encuentra grabado en mejores condiciones y supone un decisivo paso adelante para el sonido del grupo. El Ep. contiene tres canciones, Life lo encabezará gracias su marcada línea de bajo y unos arreglos de lo que parecen ser unos tímidos vientos, pese a lo distinta que resulta la canción en comparación a sus predecesoras, la melodía y la inconfundible voz siguen ahí. Con el jangle pop de Perfect Convination las aguas vuelven a su cauce, resultando éste un tema que podría haber estado contenido en cualquiera de los otros discos del grupo, mientras que The Guild Chest cerrará el disco en tono melancólico.

El epílogo a la carrera de Love Parade estará marcado por All God’s Children, tema incluido en el Ferris Wheel Flexi compartido con los japoneses Venus Peter y publicado por The Boshi Label. All God’s Children, pese a ser uno de los temas menos conocidos de la banda resulta arrebatador, animando al baile por primera y única vez en la historia de la banda.

Dos notas curiosas, la primera es que se completa la discografía del grupo con Dave Clark 5, tema incluido en la cinta recopilatoria Positively Teenage!!, mientras la segunda se trata del hecho de que algunas copias del flexi compartido con Venus Peter se publicarían en España junto al fanzine valenciano D.I.U.K. con distinta portada que rememoraba los tradicionales discos Fundador.