El viento huracanado que azota todo el país ha convertido esta casa en una especie de jaula de la que resulta difícil escapar. La luz solar hace tiempo que marchó y bajamos las persianas terminando de aislarnos del hostil exterior que se empeña en arruinar todos nuestros planes para el fin de semana. Así, lo que en principio podría ser un idílico plan hogareño, acaba convirtiéndose en una pequeña tortura por el mero hecho de ser la única opción posible. Leemos nuestros libros, las películas se suceden en el televisor, los discos suenan, pero aún así el tiempo parece no correr, o lo que es peor, corre en la nada, escapando las preciadas horas que preceden a la rutina diaria de nuestros trabajos. Toca hacer algo desesperado, ocupar nuestras horas en algo que siempre postergamos ante cualquier plan alternativo, los discos se amontonan mientras ella no para de quejarse. Lleva toda la razón, hay discos en lugares rocambolescos, en realidad hay discos por toda la casa, y lo correcto sería ir buscándoles sitio en unas estanterías que piden a gritos una ampliación. Todo volverá a estar igual en unas pocas semanas, cuando nuevas adquisiciones cubran el espacio que ahora limpio, pero por un tiempo todo ocupará su sitio.

Supongo que una de las constantes de aquellos que hemos hecho de la música nuestro entretenimiento (por llamarlo de algún modo) principal es la reorganización de nuestras colecciones de discos. Éstos no paran de llegar a casa y hay que ir buscando sitio para guardarlos y, lo que es más importante, encontrarlos el día que queremos volver a escucharlos, pero todos sabemos que en cada nuevo intento de poner todo en orden hay algún vinilo o cd que queda fuera de las estanterías y da pie a volver a amontonar todo fuera de ellas. En esta ocasión uno de los discos que hemos sido incapaces de catalogar y archivar ha sido Speak Up, el último trabajo de esa especie de colectivo australiano que forman The Guild League. Hasta ahora el nombre de este sexteto que termina ampliando su número en sus grabaciones casi hasta el infinito había ido ineludiblemente unido al de The Lucksmiths, la banda principal de Tali White, su componente más conocido. Sin embargo Speak Up, su tercer Lp, muestra un esfuerzo quizás no pretendido pero sí logrado, de caminar en solitario sin que ningún tipo de complejo o comparación pueda hacerle sombra, habiendo logrando convertirse de este modo en una de nuestras adicciones favoritas de los últimos días.

The Inner North, segundo y más celebrado trabajo hasta la fecha de The Guild League, se ocupaba de explorar caminos ya transitados por Tali White con su otra banda, pero los tiempos parecen haber cambiado, encontrándonos con unos nuevos The Guild League mucho más libres a la hora de componer, sin ceñirse a ningún patrón estilístico preestablecido que en el pasado los hubiera podido encorsetar, con magníficos resultados, por otra parte…..aunque aquí la cuestión no es cortar con el pasado, la banda se muestra orgullosa de él en un buen número de los diez cortes que componen Speak Up, pero mejor empezaremos un final que casi es el principio de nuestra unión con este disco; Incandescent cierra de tal modo esta nueva entrega de los australianos que nos vemos irremediablemente abocados a repetir la escucha entera del Lp para llegar a tan sublime conclusión. Incandescent y sus guiños nos seducen sin remedio, esa guitarra acariciada que nos recuerda a Forever Changes, ese ambiente folk que Tali imprime al tema, el crescendo que nos reencuentra con es maravilla que es la voz de Bec Rigby (a la que escuchábamos hace poco en First Frost, último Lp de los Lucksmiths) y con unos vientos que insertados en el momento idóneo convierten a esta despedida en nuestro momento favorito del disco. En Brains queremos ver un guiño inédito en un primer medio minuto que nos traslada a The Sugargliders, compatriotas absolutamente ninguneados, incluso dentro del catálogo del prestigioso sello Sarah Records, que albergó gran parte de su producción discográfica. Pero a partir de aquí la cosa cambia por completo, desatándose unos vientos que nos recuerdan el particular estilo del ska, estilo con el que no comulgamos, pero que aquí queda resultón, no siendo ésta la única ocasión la que el grupo intenta sacar partido de esta influencia. Where’s The Colour? de manera descarada, y Mouse vs Mountain más discretamente, suponen un pequeño acercamiento o préstamo del estilo. La segunda sin duda es una mezcla perfecta con los más optimistas Lucksmiths, que como comentábamos anteriormente no han sido borrados del recuerdo, quedando patente su influencia en cortes como la brillante If Not Now… o las tiernas Dead Hours y The Idea, que representan otros momentos álgidos de la grabación. Suit Fits y 17 Summer cambian de registro por completo, en especial la última, que nos trae el lado más rockero del sonido de The Guild League, rematando el combinado que Speak Up ofrece al que quiera ver al sexteto como algo más la segunda banda de Tali White.

Es probable que Speak Up pierda en la distancia corta respecto a The Inner North, aquellos que esperen encontrar aquí la absoluta inmediatez de aquel pueden caer en el error de considerar este nuevo disco de The Guild League como un trabajo inferior o poco centrado, por el contrario esta colección de diez canciones nos enseñan cómo el grupo se resiste a aferrarse a lo que se espera de ellos, y actuando con la absoluta libertad de aquellos de los que nada se espera, por inconstancia o humildad, firman un trabajo que abre nuevas puertas para al futuro sin dejar de atender a aquellos que se encariñaron con el grupo años atrás.