THE WESTFIELD MINING DISASTER
Big Ideas From Small Places (2010)

19 October 2010 | Por | Categorías: Indecisiones

Tradicionalmente el Indie Pop no ha venido destacando por su carácter reivindicativo, muy al contrario la vertiente más conocida de esta etiqueta es la que tiende al hedonismo, al ensalzamiento de los primeros amores, la adolescencia y juventud en general. A muchos indie kids se les llena la boca con ese “socialismo del corazón” que muchas veces nos parece más una marca que una realidad o forma de pensar, a sabiendas de que la mayoría de esos “rebeldes” terminarán convirtiéndose en burgueses que con los años recordarán su afición a la música como una travesura veinteañera.

Nada que objetar al espíritu dominante en el Indie Pop, nosotros somos sus primeros defensores y aunque nunca olvidaremos las enseñazas de McCarthy, lo cierto es que aquello fue más un espejismo que otra cosa, puesto que no son tantos los seguidores de su escuela. Cada música suele ser tendente a un tipo de temática, la reivindicación y la política no son los principales objetivos del Indie Pop, por mucho que podamos citar unas cuantas excepciones.

The Haywains probablemente fue uno, si no el principal, de los grupos Indie Pop de los primeros años 90’s, su eterno espíritu adolescente, tierno, divertido y gamberro les convirtió en uno de nuestros grupos favoritos, persiguiendo sin cesar cada artefacto sonoro que la banda producía. Desgraciadamente llegó un momento en el que la banda se sintió demasiado mayor para cantar algunas de sus letras, algo que irremediablemente supuso su desaparición y un silencio que se ha prolongado hasta hace bien poco, cuando volvimos a tener noticia de que Paul Towler, uno de sus miembros, volvía a escena bajo el nombre de The Westfield Mining Disaster. Desde entonces hemos seguido sus pasos para ir escuchando una serie de canciones desperdigadas en sellos especializados en publicar pequeños Cdr’s, para más tarde dar el paso al vinilo con Cloudberry en un 7” titulado Hank Williams Saved My Life. Paso previo a un debut en formato largo que no ha hecho más que salir al mercado, bajo el título de Big Ideas From Small Places y publicado por un Cider City Records, sello especializado en R’N’R y Punk Rock.

Big Ideas From Small Places presenta once nuevos temas (bien, un par de ellos aparecieron en un Cdr de edición limitadísima) con los que Paul Towler quiere resarcirse del pasado, de una predeterminación a no ser músico que Paul ha logrado salvar siendo consciente de sus limitaciones (su voz francamente escasa, probablemente le invalide para los directos) supliéndolas con ilusión y convicción en su trabajo. Hasta aquí nada nuevo, a partir de este momento llega una sorpresa mayúscula, quizás no en la forma pero indudablemente sí en el fondo. Big Ideas From Small Places se revela de carácter combativo desde la primera escucha, aquí hay palos para todos; los tories, la monarquía, el empleo, antiguos políticos, los servicios públicos y un largo etcétera que nos muestra a un Paul Towler que bajo la apariencia de siempre se muestra ácido como pocos otros compatriotas, y obviamente sin parangón en el Indie Pop actual.

Greedy Bastards, Save Your Souls! abre fueo (nunca mejor dicho) abriendo el Lp. Musicalmente nos encontramos con una pieza al más puro estilo de The Haywains, pudiendo pasar por una composición de éstos de no fijarnos en su letra de contenido absolutamente crítico y político, Mr. Towler se muestra con ganas de guerrear desde los primeros acordes. En cualquier caso nos encontramos con un tema irresistible, de alma jangle, trotón, divertido y dulce gracias a los coros femeninos de Liz Black, que acompaña (a veces rescata de la zozobra vocal) a Paul. Si en el primer tema recordábamos a la anterior banda de nuestro protagonista, con The Arsonist Who Lost His Spark esto todavía sucede con más intensidad, escapando nuestros pies a control alguno mientras cierto estoicismo se adueña de la letra de la canción. Stop Digging My Grave Before I’m Gone obtiene el premio al mejor título de todo el disco, mostrándose algo más calmada que sus predecesoras, más acorde a la suave voz predominante. Trouble Makers Always Get You Down firma un aprobado alto, pero sin llegar a destacar, mientras que Yours Ain’t Ugly Like Ours ironiza sobre la monarquía británica a ritmo campero (country) y una guitarra con un leve toque surf, logrando acertar de pleno. Con No-One Heard Us Calling regresamos con fuerza a The Haywains mientras que con su letra dedica calificativos como “parásitos” al gobierno, atisbándose la rabia contenida. Profumo musicalmente firma uno de los momentos más tiernos de todo el disco, lo cual no deja de tener su gracia, puesto que el contenido de su letra es una carta del difunto John Profumo a su amante (y presunta espía) Christine Keeler, absolutamente brillante. Después de semejante tragedia amorosa de la política contemporánea regresamos de nuevo al humor con Everyone’s So Spiteful In This Town, en la que se pide cuentas a la teoría evolutiva del mismísimo Charles Darwin ante el inmovilismo y la decadencia de algún servicio público británico. Clifton Bridge Song suena apesadumbrada, mismamente como la forma de cantar de Paul Towler y la historia (con suicidio de por medio) que narra. Para terminar Doctor Beeching y The Curse Of The Non-Believers se encargan de cerrar el disco, la primera ciertamente no destaca aunque tampoco diríamos de ella que es un mal tema, simplemente queda en medianía sin llegar a emocionar, mientras que The Curse Of The Non-Believers se presenta como la balada de Big Ideas From Small Places, satisfaciendo pero quedando también a cierta distancia de los mejores momentos de este trabajo, ya que parece que The Westfield Mining Disaster musicalmente dan lo mejor de sí en temas más enérgicos.

Veredicto: Compra recomendada para todos aquellos seguidores de los Haywains, las letras no son las acostumbradas, pero hay que decir que resultan de lo más entretenido, siendo por momentos brillantes. Musicalmente el 70% de este trabajo alcanza el nivel de la anterior banda de Paul Towler, el resto probablemente no sea tan entretenido, pero tampoco merece el suspenso. El único pero, reconocido por el propio autor, es la calidad de las voz principal del grupo, muy limitada, pero no resulta lo suficientemente llamativo como para impedir que disfrutemos de The Westfield Mining Disaster. El disco puede adquirirse a muy buen precio en la tienda web del grupo (aunque en la misma parece que el disco venga presentado en carpeta de cartón, en realidad éste viene en la tradicional jewel case).

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