DANIEL SATURN

24 junio 2007 | Por | Categorías: 00's, Discos, Grupos, Pop Nórdico

Todos tenemos pasiones inconfesables, cierto es que algunas lo son más que otras, y probablemente una de esas pasiones inconfesables que guardo para mí sea bastante inocente. Estoy hablando de mi afición por las películas del “Oeste”, vamos, de los westerns. Ya sé, ya sé, un género que probablemente de pequeños, y hablo de aquellos que superamos con holgura la treintena, nos sedujo en esas tardes frente a la televisión cuando apenas había dos emisoras en España. La mayoría, pasada la niñez y con la llegada de nuevos géneros que relegaron al clásico western, renegaron de las películas de indios y vaqueros, otros aún disfrutando de un buen intercambio de balas y flechas, también reniegan de este cine porque está en franca decadencia y es asociado con el pasado más rancio. Yo, por el contrario, sigo quedándome embobado frente a la televisión cuando veo al típico vaquero solitario cabalgando a lomos de su caballo en busca de una nueva pelea. Me encantan la gente tozuda y solitaria que, ajenos al mundo que les rodea, no cejan en el empeño de seguir adelante con los ideales que siempre les guiaron.

Dicho esto no es de extrañar que con los años desarrollara dos de las múltiples filias musicales que me obsesionan; la afición por el Country/Country&Western (lo reconozco, soy fan de Toma Uno) y en general la música tradicional popular estadounidense, y en segundo lugar un deslumbramiento del que soy víctima cuando me encuentro con aquellos personajes que en la música actúan como verdaderos vaqueros solitarios, rigiéndose siempre por su propia idea de lo que debe de ser la música, conscientes de sus debilidades y sus defectos pero que, infatigables al desaliento, caminan con cabezonería siempre en la misma dirección. De ahí nacerá el comentario de hoy, puesto que nuestro protagonista no es otro que un “vaquero” sueco llamado Daniel Saturn.

Pocos son los datos biográficos que podemos aportar acerca del sueco Daniel Saturn (nombre artístico de Daniel Sandvik), y es que parece que este hombre haya buscado en su trabajo, aún inconscientemente, el anonimato tanto personal como profesional como guía de una carrera que ya se prolonga en el tiempo casi diez años. Puede que los más avezados seguidores del Pop sueco recuerden a Daniel como consecuencia de su participación en el segundo volumen de los recopilatorios The Sound Of Young Sweden, pero para los menos inquietos, o para aquellos que entonces renegábamos del Pop sueco como consecuencia de haber sufrido una sobredosis de éste durante los 90’s, ha tenido que pasar el tiempo hasta que fruto de la casualidad nos diésemos de bruces con alguno de sus tres maravillosos Lp’s. Estos discos han logrado, ese objetivo no perseguido de mantener en el más absoluto anonimato a Daniel Saturn. Y es que baste analizar los datos; cada uno de sus Lp’s ha sido publicado en ignotos sellos a lo largo de nueve años, su debut pese a su corta tirada (500 copias) todavía está disponible, y por esto fuera poco sorprendente, Daniel está registrado siete meses en myspace y durante todo este tiempo solo ha logrado cosechar menos de 50 “amigos”. Todas ellas muestras del poco alcance de la música de nuestro protagonista.

Lo cierto es que estudiadas todas las señales cabría preguntarse si realmente merece la pena centrar nuestra atención en un personaje en el que tan poca gente ha recaído, obviamente la respuesta para el que escribe estas líneas es decididamente afirmativa. Daniel Saturn ha firmado en la última década tres Lp’s, en realidad tres veces el mismo Lp, que resistirían la comparación con la discografía de los mejores del Indie Pop/Power Pop actual. Como decíamos unos párrafos atrás, Daniel Saturn es de esos músicos que enarbola con orgullo la bandera de la cabezonería, moviéndose sin remedio en línea recta, a sabiendas de que el camino trazado es el correcto, por mucho que le pese y resienta a sus aspiraciones por darse a conocer a más público más amplio. Pero como toda andadura tiene un punto de partida habría que buscar ese primer paso con el que afrontar la música de Daniel Saturn, y éste no es otro que el camino marcado por uno de los grantes, The Beatles. Esta visión es clara para aquellos que hayan tenido (recomendable en cualquier caso) la suerte de afrontar la carrera discográfica de este sueco de modo cronológico, así podemos calificar a Softly, su Lp de debut en 1998 (Dorian Records, sello fundado por Roger Gunnarsson, de Nixon), como muestra de una profunda obsesión por el cuarteto de Liverpool. Softly es un descarado ejercicio del más puro sonido Sgt. Peppers en clave Lo-Fi, ciertamente ambos son términos contrapuestos, pero Daniel Saturn logra conjugar ambos con verdadera maestría en algunos temas que rozan el sobresaliente en un puro mimetismo beatle. Así que pese a que algunos podrán ver un acto de herejía en Softly, lo correcto sería contextualizar un Lp grabado con unos más que precarios medios que determinan ese carácter Lo-Fi que impregna todas las canciones del disco. Aquellos que logren liberarse de sus prejuicios encontrarán en este trabajo la semilla de uno de los mejores songwriters de los últimos años, canciones como Settle Down o Satellite son Beatles (voces incluidas), pero también son puritito almíbar sonoro que a buen seguro vosotros que leéis estas líneas sabréis apreciar en la medida que melodías como las contenidas aquí raramente salen a nuestro paso. Sin embargo hay más, también encontraremos ecos de Beach Boys o Hollies en temas que se presentan en una innegable tradición 70’s, entre los que sobresale Sunday Morning, una de las mejores piezas de este debut que de haber contado con los medios necesarios ahora mismo podría catalogarse como el mejor de la carrera de Daniel Saturn.

Pero como buen vaquero, nuestro protagonista no podía recalar demasiado tiempo en el mismo lugar, de modo que una vez iniciada la andadura con Dorian, y dados los escasísimos medios del sello, se inicia un camino que le llevará cuatro años después a plantearse la compra de su propio estudio, donde pacientemente pulir todas las imperfecciones que Softly mostraba. Así tendremos que esperar a que en el año 2002 Vladivostok Records (compañía con sólo Daniel en sus filas) pusiera en circulación un segundo Lp de título Still The Same Refrain. Este disco supone la confirmación y consagración de Daniel Saturn como uno de los principales songwriters de la actualidad, y como rara avis dentro de la lánguida escena Indie sueca. Todas y cada una de las virtudes que se atisbaban en 1998 se ven ahora confirmadas. Consciente de la excesiva deuda con el pasado de sus primeras canciones, el nuevo Lp nos ofrece una actualización, sin perder en ningún momento todas y cada una de sus influencias, del clásico sonido al que estamos acostumbrados. Hay además un mayor hincapié en imprimir un ritmo en temas antes más tímidos, el nuevo siglo trae un abandono del Lo-Fi para abrazar la energía del Power Pop y presentarnos canciones de sonidos actuales, como el de Still The Same Refrain que podrían haber compuesto unos dulcificados Velvet Crush con ganas de hacernos bailar, o las decididamente hedonistas It Ain’t Gonna Last, Say You Will o What A Day que ponen al día el sonido del Lp alejándolo decididamente de su predecesor. Por fortuna no todo son nuevos aires, y también siguen con nosotros decididos vistazos al retrovisor; preciosos y novedosos con Is This Really Happening? o You And Me, nostálgicos y emotivos con Jesus Freaked Her Out (¡increíbles los coros!), Feeling Alright (otra vez los de Liverpool). Segundo disparo y segunda diana en pleno corazón, Daniel Saturn ya se ha convertido en favorito.

No obstante todavía quedaba una carga en la recámara, y ésta es detonada en Diciembre del pasado 2006 en forma de un tercer Lp de título Lakehill Soccer Association(también en Vladivostok Records). El resultado no es que esté a la altura de sus dos anteriores trabajos, más aún resulta sencillamente apabullante, dando lugar a un clásico instantáneo del POP y sin lugar a dudas en uno de los mejores, si no el mejor, disco del año pasado. Las melodías, como buena marca de la casa, resultan de nuevo emocionantes, con una carga de emotividad especial fruto de un refinamiento que Daniel apuntaba en sus anteriores trabajos y que se ve definitivamente confirmado aquí. Como decíamos, no es nuestro hombre aficionado a los bandazos, así estamos de nuevo enfrentándonos a un disco en la más pura escuela Beatles que cortes como Come On Shine confirma, resultando éste uno de los más acertados acercamientos al famoso cuarteto, o el propio tema que da título al Lp. Pero en esta ocasión la novedad es la equidistancia marcada con sus trabajos anteriores, abandonando la vivacidad desplegada en algunos cortes de Still The Same Refrain para abrazar sin disimulo nuevas fuentes, como el Bowie de Make Me Smile (¿a qué os suena ese inicio?), y la pulcritud de Billy Joel o el grandísimo Ron Sexsmith que deja patente su marca en This New World. Todas estas influencias dan lugar al mejor trabajo de un Daniel Saturn en un estado de gracia especial que da lugar a once temas sin absoluto desperdicio.

En un mundo de justicia Daniel Saturn sería uno de los personajes capitales en la escena del Pop de raíz clásica, resultando todos y cada uno de sus trabajos de fácil testado para el aficionado al Indiepop/Power Pop que sin duda quedarán alucinados ante la ingente cantidad de brillantes canciones contenidas en cualquiera de sus discos. Pero lo cierto es que el panorama musical actual parece no tener cabida para gente como Daniel Saturn, difícilmente encasillable en una etiqueta más concreta que la de artista Pop, que en realidad debiera de ser lo máximo que pudiera decirse de alguien, pero que tan desprestigiado calificativo resulta. Ante esto solo me queda recomendaros con vehemencia que os acerquéis a cualquiera de los discos de Daniel Saturn, porque este hombre merece toda nuestra atención. Os aseguro que la plena satisfacción queda asegurada.

Los discos de Daniel Saturn pueden conseguirse a través de la tienda Popsicle, no resultan baratitos, pero valen todos y cada uno de los dólares que pagues por ellos.

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  1. Si, los de nuestra quinta hemos pasado muy buenos momentos viendo cabalgar a John Wayne en la sobremesa de los sábados. Por cierto, algunos westerns son auténticos clásicos atemporales, como centauros del desierto (una de mis peliculas favoritas), rio grande, la diligencia, el hombre que mató a liberty walance…

    En cuanto a Daniel Saturn, no me suena ni un poco 🙂

    Saludos

  2. Manuel, no dejes de pillar los tres discos de Daniel Saturn, safisfacción ASEGURADA. Además en Soulseek no creo que sea difícil encontrarlos, como he tenido que reinstalar todo lo mismo ahora puedes ver mis archivos, cuando llegue a casa esta tarde lo conecto.

    Saludos,
    Manuel Soleado

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