NEW RHODES
Songs From The Lodge (2006)

10 June 2007 | Por | Categorías: 00's, Discos

Nunca he conseguido comulgar con el fenómeno del hype, supongo que más que nada porque el hype favorece la aparición de una moda que normalmente escribe sus líneas con trazo grueso, olvidándose de algo tan primordial como es la sutilidad y el detalle. De este modo, normalmente siempre me he mostrado como un completo ignorante de los sonidos de moda, ya fuese los recientes y pasados sonidos indietrónicos, que en muchos casos acaban degenerando en simple banda sonora de noches de química escapista, como de la actual moda del rescate de sonidos contundentes que podrían abarcar desde los (de espíritu) nuevaoleros Franz Ferdinand hasta los chicos malos Libertines, dos bandas con cierto interés pero que han acabado por generar una caterva de infumables imitadores sin el más mínimo mérito y el único objetivo de dar rienda suelta a una urgencia e incontinencia instrumental que tan fácilmente capta el oyente poco interesado en sibaritismos y, en general, el tardo-adolescente que frecuenta festivales con ferviente militancia pero que abandonará la música cuando las responsabilidades de la vida adulta hagan acto de aparición.

Ya sé, ya sé, crítico párrafo con el que muchos podrán sentirse identificados, aunque el 99% de visitantes de 360º de Separación vaya por otro lado (sin que por ello haya que creerse superior musicalmente hablando) la anterior es una realidad, baste dar una vuelta por algún local de moda, como servidor tuvo la oportunidad de hacer semanas atrás, para darse cuenta de que lo que el personal solicita actualmente es escuchar a volumen atronador ese Pop (bueno, o Rock, vaya usted a saber) acelerado que los mencionados Libertines producían, de manera magistral viendo el resultado de los esfuerzos de seguidores varios, una sucesión de pildorazos en frasco XXL en el que difícilmente distinguiremos matices, arreglos, sutilidad….en pos de facilitar carnaza para una audiencia poco exigente que bailará sin descanso vociferando y saltando hasta la hora del cierre….

Dicho esto, y echando tierra sobre mi propio tejado, he de decir dos cosas; la primera es que creo ser víctima de un hype que no es tal. Es decir, en las últimas semanas ando totalmente enganchado a New Rhodes, un grupo que raramente podrá convertirse en hype por la afición que tienen a pulir su música más de lo aconsejable para todo hype que se precie, pero que aún así fácilmente podrían sonar esta noche en cualquier bar sin que nadie apreciase ese detalle extra que aporta el grupo, puesto que la energía, el ritmo, y cierta pasión, se encuentran igualmente contenidos en Songs From The Lodge, su Lp de debut. La segunda cuestión sobre la que me gustaría incidir es que creo que me estoy volviendo completamente sordo, porque debo ser el único habitante del planeta que cuando escucha cantar a James Williams, especialmente en las piezas más relajadas, no puedo dejar de pensar en los A-LU-CI-NAN-TES Bradford y en su vocalista Ian H. Cierto es que muchas críticas citan a The Smiths al hablar de la música de New Rhodes, pero me parece ésta una comparación fácil que no se ajusta tanto a la realidad como la de Bradford, grupo que tuvo su momento de popularidad gracias a la versión de su tema Skin Storm que Morrissey incluyó en alguno de sus 12”, y que en su día fueron vendidos por la prensa como unos nuevos Smiths, para más tarde ser completamente abandonados y olvidados con el paso de los años.

Songs From The Lodge muestra dos caras bien diferenciadas en la música de New Rhodes, por una parte el joven cuarteto de Bristol hará intentos por acceder a un nivel superior de popularidad con piezas con alto contenido en adrenalina; You’ve Given Me Something That I Can’t Give Back cumple a la perfección con este cometido, canción de arrebato y progresivo crescendo culminado por un estallido de guitarras enmarañadas, que no sucias, que logran conservar el aire prístino del que goza la música de New Rhodes, potencia con control e inteligencia en un tema que convence de principio a fin y que, esta vez sí, incita sin remedio al baile. La misma jugada se repetirá con canciones como I Wish I Was You, She Said No o One Of These Days, donde triunfa esa apuesta por el trazo más grueso en combinación con pequeños remansos de paz (primeras muestras de esa ¿casual? conexión con Bradford) y en momentos un cierto tono épico tan frecuentemente ligado a este tipo de música, en cualquier caso muestras nada vulgares de hacer una música en plena vigencia en los días que corren. De todos modos, y siendo ésta una cara nada desdeñable de New Rhodes, la banda muchas veces logra sus mejores momentos cuando se abandona a una melódica melancolía favorecida por la algo neutra, pero en absoluto inerte, voz de James Williams. De camino hacia este fin todavía encontramos con el perfecto híbrido que I’m Bored Of You representa, con un primer minuto en el que cerrando los ojos casi aparece la foto de Ian H ante nuestros ojos, para dar paso de nuevo a la explosión de las guitarras y esa épica ya mencionada. Esta semejanza en las voces se ve confirmada, y de qué modo, por Cowardice y The History Of Britain, ensoñadores temas que confirman el buen hacer de la banda en su papel más relajado. Tónica que se verá prolongada durante el resto del disco, con la puntual inclusión, o más bien eclosión, de momentos de rabia contenida que ofrecen el contrapunto perfecto a unos New Rhodes que nunca corren el riesgo de caer en una fórmula preestablecida.

Es probable que New Rhodes no vuelvan a componer un Songs From The Lodge, y que finalmente una de sus caras triunfe anulando la variedad que tan necesaria se aprecia en el disco, pero mientras tanto dejan tras de sí un disco que, con algún momento para la monotonía en su recta final, puede contentar tanto al aficionado casual como a aquel otro seguidor de la tradición británica del Pop y que pide algo más que unos breves e intensos minutos de hueca emoción.

3 comments
Deja un comentario »

  1. Que exagerao, la música no estaba tan alta 🙂

    Libertines rules!!

  2. Yo no conocía a estos New Rhodes, y debo de ser de los que el término “hype” le dejan más bien frío -por no decir aquello de que “me la repanfinfla”-, pero no puedo evitar dejar constancia de mi alegría por acordarte de Bradford, con un “A-LU-CI-NAN-TES” que ilusiona de verdad al leerlo, así que a mí al menos me va a servir de cebo ese parecido con la voz del cantante. Y a ver si te animas y repescas su álbum “Shouting Quietly”, o aquel espléndido 12″, “In Liverpool”, con la recordada “Boys Will Be Boys” que tengo adherida al también cariñoso recuerdo del fanzine “Stamp” y sus cintas “Stampidas”. Aunque haya que empezar diciendo aquello de “… Pero no eran de Bradford, ni de Liverpool, sino de Blackburn”, no?

    Saludos “foundationales”,

    Manolo.

  3. Hola Manolo,

    Me encantan esos saludos “foundationales”, mira que The Foundation Label no son más para mí más que Bradford, Spin y Caretaker Race, no sé si el sello publicó más referencias, pero puedo decir, sin ningún género de duda, que tanto Bradford como The Caretaker Race son dos bandas que ESENCIALES para mí, y en estos tiempos de rescate del C-86 y el verdadero Indie Pop ambos son grupos totalmente olvidados, cuando pocos compañeros de generación poseen una décima parte de la elegancia que pasearon estos dos grupos. Ya sé que ambos grupos llegaron a Foundation Label después de militar en otros sellos, pero creo que han quedado para la memoria de los pocos que les recordamos como grupos “Foundation”.

    En fin Manolo, al tiempo. Ambos grupos están en la recamara pero actualmente dispongo, si cabe, de menos tiempo del habitual. Ya ves que el ritmo de posteo a bajado un único comentario a la semana, a ver si encuentro una horita el algún sitio 🙁

    Ah!! y no dejes de escuchar a New Rhodes, son un buen entretenimiento y encontrarás bonitas melodías. No nos vamos a poner trascendentales a estas alturas, ¿no? 🙂

    Saludos,
    Manuel Soleado

Deja un comentario