Todo se pega, menos la hermosura…la cuestión es, ¿también se pegan las manías? Ojo, que una manía no tiene por qué ser necesariamente mala, aunque parece que el propio término tenga cierta connotación negativa, lo cierto es que bien sobrellevada la cuestión se lleva con cierta dignidad. Pongamos un ejemplo, por aquí se le tiene algo de manía a Natalie Merchant, que ya hay que tener valor…porque la verdad es que esta mujer es una compositora soberbia. Supongo que muchos de los que se pasan por aquí no tendrán ni la más remota idea de lo que hablo, porque aquí le damos al Indie Pop más que a nada, pero lo cierto es que 10.000 Maniacs fueron (son) una de las mejores bandas estadounidenses de la década de los 80’s y parte de los 90’s. Natalie Merchnat, mujer talentosa como pocas, era su vocalista y con posterioridad a la disolución del grupo de Nueva York, publicó unos cuantos discos realmente serios, quizás más alejados del Pop de lo que ya por sí estaban 10.000 Maniacs, pero estimables trabajos que sin duda debieron de recibir una atención mayor por parte del público supuestamente alternativo.

Bien, la cuestión es que a pesar de todas estas loas, siempre hemos tenido un problema con Natalie Merchant. Su personal y evocadora voz inevitablemente termina por cargarnos la cabeza. Está claro que con los años hemos aprendido a convivir con esta pega, porque negarse a disfrutar de sus discos, ya fueran los de su antigua banda o los posteriores en solitario, hubiera sido para catalogarnos de verdaderos zoquetes.

Todo esto que comentamos tiene relación con The Soft City, que nadie vaya a creer lo contrario. Hace meses que descubrimos al grupo, en este caso gracias a uno de esos blogs de referencia que liquida sus comentarios con demasiada rapidez, quizás debido a que su creador quiere escuchar más música de la que resulta humanamente posible asimilar. Pues bien, en ese blog (que no vamos a citar porque aquí sólo hablamos de nuestros amigos, que para eso los tenemos) se decía que la voz de Dora Lubin, vocalista de The Soft City, recordaba a alguien, pero no se llegaba a identificar a quien. Nosotros sí lo hacemos, Dora Lubin es lo más parecido dentro del Indie Pop a Natalie Merchnat. Basta escuchar una sola de las canciones de su grupo para darse cuenta del parecido. Claro que para eso se tiene que haber escuchado a 10.000 Maniacs, o tener cierta tendencia patológica a buscar parecidos, cosa que en ambos casos nos identifica.

Sentada la base que nos lleva a hablar sobre The Soft City (esperamos acertar, de lo contrario estaríamos haciendo el ridículo), hemos llegado a la conclusión que a Dora Lubin le ponemos la misma pega que a Natalie Merchant, nos cansa un poco, pero somos conscientes de que todo es porque tiene una voz inusual, profunda, que está por encima de lo habitual. The Soft City tienen suerte, algo así como los suecos Penny Century, no todos los grupos pueden presumir de buenas vocalistas entre sus filas. Aunque si de presumir se trata, el grupo puede alardear del excelente pasado de sus miembros. Nosotros no hemos hecho de detectives privados, pero lo cierto es que Phil Sutton, alma mater del grupo, puede presumir de haber formado parte de bandas tan fantásticas como Comet Gain y los ninguneados Kicker, mientras que según lo leído, otros componentes del grupo han pasado por Ladybug Transistor o Crystal Stilts…cuestión por la que algunos, no sabemos si de manera acertada, se han aventurado a hablar de super grupo indie. En cualquier caso, tener cierto pasado siempre nos parece una garantía.

El sello peruano Plastilina Records es el encargado de traer hasta nosotros el primer trabajo largo del grupo, algo que no debiera extrañar teniendo en cuenta que hasta ahora The Soft City tan sólo habían publicado un pequeño Cdr en formato 3” en Cloudberry Records, sello hermano de Plastilina. Y aquí es cuando toca romper una lanza a favor del grupo, ya que muchos otros grupos que publicaron discos en formato Cdr con Cloudberry, más tarde incluyeron esas canciones en discos publicados en formatos, digamos, oficiales. Para aquellos que somos poco aficionados a gastar nuestro dinero en Cdr’s esto no puede más que ser motivo de alegría, pero teniendo en cuenta que esta desagradable forma de actuar se está extendiendo también a los 7”, pues ahora nos toca rectificar y alabar que grupos como The Soft City dejen como exclusivas dos de las tres canciones incluidas en su debut para Cloudberry. De aquellos temas, tan sólo el que da nombre al grupo está incluido en el primer trabajo largo de la banda, resultando tan representativo del sonido que nos encontraremos a lo largo de todo el disco. Puede que la filiación con respecto a Comet Gain sea la más comentada cuando hablamos de The Soft City, pero lo cierto es que al escuchar este primer tema caemos en la cuenta de que las cosas han cambiado mucho, estamos ante una pieza que apuesta con decisión por un Pop que presenta el lado más amable del estilo, olvidando posicionamientos como los de Comet Gain. Dora Lubin destaca en esta primera toma de contacto que se nos antoja por momentos sesentera, beat…o quizás mirando un poco, desde el punto de vista instrumental, a Paul Weller.

Volvamos al principio, los discos hay que escucharlos en el orden que el artista concibió, así que lo primero sería repasar la bienvenida que 15 Years nos ofrece. Hablábamos arriba de los parecidos razonables, en pocos temas encontraremos con mayor claridad la deuda que tiene pendiente la voz del grupo con Natalie Merchant. Lo cierto es que escuchar 15 Years casi obliga a rescatar In My Tribe o Our Time In Eden, dos de los mejores Lp’s de 10.000 Maniacs. Dora Lubin se nos hace tan reconocible y a la vez valiosa, que una vez escuchados a The Soft City con su voz al frente, resulta difícil concebir a la banda sin su cantante femenina. Cold Hearts ensalza la melancolía, con cierto aire country (muy leve, sí, pero ahí está) y manejando con pausa los tiempos, resulta complicado no quedar enganchado a una línea de guitarra que no cesa a lo largo de todo el tema. Hablando de guitarras recaemos en la cuenta de lo cinematográfica que es la que abre We Are All The Same, uno de nuestros temas favoritos de todo este Lp que conforme avanza se nos antoja más alejado de cualquier influencia del Pop británico, para centrarse en la música hecha al otro lado del Atlántico. Young and Dumb es el momento saltarín, el más Indie Pop quizás, de todos los aquí presentados, por algo también es el de minutaje más escaso. Capitan Soul y How Long? cambian radicalmente, entregando sendas raciones de profunda melancolía, terreno donde The Soft City se encuentran francamente cómodos y donde Dora Lubin puede sacar partido a la profundidad de su voz.

Antes de afrontar la recta final del disco ya hemos llegado a la conclusión de que estamos ante una banda especializada en la composición de estupendas piezas de Pop, fundamentalmente melódico, pero también desesperanzado. No es que las letras nos induzcan a ello, pero el estilo de sus canciones conduce irremediablemente a pensar en la derrota emocional, la pérdida…quizás esta sea la ventaja de ser castellano parlante, tan sólo nos fijamos en las letras a partir de la tercera o cuarta escucha y muchas veces música y letra pueden coincidir, pero en otras ocasiones no es así. Con The Soft City esto a veces nos sucede. Pero continuemos con Falling Star, Cracking Mirror y One Last Look, a estas alturas poco nuevo queda por decir, las tres son bonitas composiciones que rematan un gran trabajo. Pero no por estar situadas en la recta final de este álbum son inferiores a sus compañeras, en especial Cracking Mirror que bien podría ser (de existir) single de presentación del disco, sus guitarras nos parecen de lo mejorcito de todo The Soft City (el disco). One Last Look también es especial, probablemente por parecernos uno de los cierres más tristes (también bellos) de todo 2010.

Después de todo lo escrito, no extrañara escucharnos decir que The Soft City han compuesto uno de los discos más agradables de todo el pasado año. Es así, estamos ante un trabajo que no aporta nada nuevo al Pop, algo que le sucede al 99% de los discos publicados. Ahora, también es cierto que pocos discos de Indie Pop pueden presumir de no tener material sobrante, este debut presentado por Plastilina Records sí puede hacerlo, entretenido y genial de principio a fin; con una voz sobresaliente, influencias originales, instrumentaciones jangle…una pena que semejante trabajo haya pasado tan desapercibido.