Ventajas de ser diminutos, no estamos sometidos a nada ni a nadie, tan sólo a nuestro gusto y capricho. De este modo en una sección como la de novedades podemos comentar un disco publicado hace más de un año, y por encima de todo, un Lp de una banda que se decanta con descaro por el Power Pop. Es lo que hay, novedad es que lo llega por primera vez a nuestros oídos y el Power Pop no es un estilo que se aleje en demasía de ese Indie Pop que tanto nos obsesiona.

Nos enrabieta la falta de información, lo reconocemos, más aún cuando hablamos de bandas que van y vienen sin apenas dejar señales de su paso por nuestra vida. Por otra parte muchas veces resulta meritorio considerar que hay grupos preocupados en exclusiva por su música, sin que crean necesario realizar ningún tipo de promoción. En resumidas cuentas, que hay bandas dignas de alabanza que nos sacan de quicio por lo impenetrables que en apariencia resultan.

American Suitcase no es que sean unos desconocidos, menos todavía en España, habrá quién recordará a los noruegos y todavía tenga en mente que Snap, un sello nacional, se encargó de publicarles en nuestro país su segundo y tercer Lp; Bluefoot y Summerman. Esto les llevó a girar por nuestro país paseando un Power Pop que tan pronto parecía haber surgido en las cálidas costas del Oeste estadounidense, como mostraba ciertos ecos de lumbreras indies como Belle & Sebastian o Teenage Fanclub. Influencias en cualquier caso muy alejadas de su natal Oslo, pero que en ningún caso desentonaban dentro de su discurso estilístico.

Summerman, tercer Lp publicado por el grupo, nos obsesionó hasta límites insanos, pero como suele suceder muchas veces con este tipo de grupos, tras el mejor trabajo de su carrera el grupo pareció esfumarse. El paso del tiempo hizo el resto y la discografía de American Suitcase cayó en el olvido hasta que no hace más que unas semanas, buceando entre los archivos de algún usuario de una red P2P, nos topamos de bruces con un disco desconocido firmado por aquellos American Suitcase que pronto afloraron de nuevo en nuestra memoria. Buscando algo de información de Pillowsky (pues ese es el título que nos llamó la atención) nos encontramos con que muchos aficionados al Power Pop de nuestro país ya llevaban disfrutando del cuarto trabajo de la banda desde hacía largo tiempo, ya que el disco había sido publicado en los últimos días del pasado año 2009.

Como suele suceder cuando una banda deja pasar siete años hasta que vuelve a dar señales de vida, el escepticismo siempre está presente antes de la paciente escucha, con American Suitcase no se contemplaba excepción alguna. Sin embargo, cosas de la memoria, la psicodelia de Franny (no se me asusten a leer psicodelia, por favor) nos hizo recordar de inmediato los buenos momentos que el grupo nos había ofrecido en el pasado, con lo que afrontamos los catorce temas de Pillowsky con un ánimo renovado y ciertamente optimista. Christmas Blues Nº2 y sus aires a lo Byrds (las guitarras nunca mienten) sobresalen desde la primera escucha, mientras que Miles Apart parece un calco de una relajada pieza de Teenage Fanclub. Tres temas, no más, suficiente para reintroducirnos en el universo de American Suitcase y darnos cuenta de que, afortunadamente, nada a cambiado.

Pink Shirt es un hit desde la primera escucha y You es peligrosa para aquellos con problemas de glucosa, que podrán sufrir un radical incremento en los niveles de esta sustancia mientras escuchan esta delicada pieza. Star(S) debería enseñarse en los locales de ensayo a aquellos chavales que empiecen a hacer sus primeros pinitos en esto del Power Pop, su mera escucha hará que sus pasos vayan bien encaminados, obteniendo una perfecta guía de estilo en los casi cuatro minutos de duración de este tema. Miss Mann y Harry Dunne no permiten que el nivel decaiga y (Alabama) Cotton King llama nuestra atención por su aspereza. Poco más hay que decir, aun restan cinco temas para terminar la escucha de este generoso cuarto Lp del grupo noruego, pero ya todo está dicho, en ningún momento apreciaremos un bajón en el nivel de las canciones. Tenemos catorce composiciones que conforman un perfecto álbum Power Pop, pero para no cerrar antes de tiempo todavía destacaremos un par de composiciones más; Pillowcloud porque posee unas armonías que nos recuerdan tremendamente a The Happy Losers, esos maestros del género powerpopero nacional, y Ragnarok Waltz por resultar la pieza más calmada y reflexiva de todo el Lp.

Al contrario que sucedió con los trabajos que American Suitcase publicaron en España, Pillowsky no tiene una sencilla distribución en nuestro país, aún así resulta relativamente fácil de encontrar en las tiendas afines al estilo. A poco que te guste el buen Pop, este es un disco que no deberías olvidar sin darle un par de atentas escuchas.