Nunca hemos sido muy aficionados a lo que se entiende como música comercial, no lo vamos a negar, no es que pensemos que toda música comercial sea perfectamente prescindible (en España sí, pero lo de este bendito país ya es demasiado, musicalmente cultivamos el encefalograma plano) pero lo cierto es que estando metidos en el especializado mundo del Indie Pop, poco tiempo y ganas suele haber para escuchar música comercial sea del estilo que sea. Aunque, pensándolo bien, ¿acaso la inmensa mayoría del Indie Pop no es tremendamente comercial? En pocas etiquetas encontraremos mayores y mejores melodías que aquí, además su espíritu juvenil debiera de resultar atractivo a la gran mayoría del público…en fin, al final el público generalista escucha lo que otros quieren que escuche, no tienen criterio propio, o al menos esa es la impresión que alguien ajeno a ese universo pudiera llevarse…

En otros países la frontera entre lo comercial, lo que aparece en listas, sale en televisón…y lo independiente, no resulta tan clara como en España. Especialmente en los países nórdicos donde una mujer tan de nuestro gusto como Annika Norlin (Hello Saferide, Säkert) triunfa a nivel de público y ventas, mientras que fuera de sus fronteras sigue siendo una artista de consumo claramente minoritario, viéndola como una artista independiente. Pero no es el único caso, es por esto que muchas veces nos sorprendemos escuchando a artistas que se han convertido en favoritos, como Vibeke Saugestad, que a poco que indaguemos en su pasado advertiremos que en su momento tuvieron un reconocimiento que trascendió el mercado independiente. Otros han hecho el camino inverso, seguro que muy pocos recordarán a los suecos The Wilson Hospital, un dúo formado por Marten Tromm y Katherine Bergström que allá por los primeros años del nuevo siglo publicaron un excelente Lp que pasó totalmente desapercibido. La banda incluso llegó a trabajar en un segundo disco, pero finalmente se disolvió, pasando Katerine a actuar bajo el nombre Katie Goes To Tokio. El debut de su proyecto personal llegó en 2006, encontrándonos entonces con una nueva artista, de mentalidad mucho más comercial y dedicada a facturar canciones altamente edulcoradas que podían resultar demasiado empalagosas para sus antiguos seguidores. Lo cierto es que el primer trabajo de Katie Goes To Tokio obtuvo mayor reconocimiento que las canciones compuestas por la anterior banda de Katerine, lo cual la impulsó a seguir por la misma senda. Fruto de este empeño a mediados del pasado año 2010 ve la luz My Naked Heart.

Little Sister fue el primer tema extraído como single de My Naked Heart, las cosas no han cambiado, nos encontramos con una pieza que aún conservando la línea melódica de The Wilson Hospital ya no se puede calificar de Indie Pop. Sin embargo tampoco podemos decir que sea desdeñable, al igual que el Lp en conjunto. Lo que para unos será un supremo empalago, para otros será perfectamente asumible. Si eres de los que disfrutaron con las canciones de Medication For a Lost Generation, no dejes de escuchar lo nuevo de Katie Goes To Tokio.