MOI CAPRICE
Once Upon A Time The North (2003)

13 January 2008 | Por | Categorías: 00's, Discos, Grupos, Pop Nórdico

Hace unos cuantos años Mil Dolores Pequeños ponían música a un texto de Antonio Escohotado que rezaba tal que… “De la piel para dentro empieza mi exclusiva jurisdicción… Soy un estado soberano, y las lindes de mi piel me resultan mucho más sagradas que los confines políticos de cualquier país”. Este texto, de claro significado para todo aquel que conozca el nombre de Antonio Escohotado, motivó que me hiciera con un disco de Mil Dolores Pequeños que poco tiene que ver con el resto de mi discoteca, pero del que nunca me desprendería. La música, los textos, no siempre son lo que parecen. Y aunque así fuera, creo que el momento en el que compras un disco, incluso desde que escuchas por primera vez una canción, tienes el perfecto derecho de apropiarte de ella e incorporarla a tu pequeño universo de tu vida como te plazca. En mi caso ese tema de Mil Dolores Pequeños nunca hizo referencia a las drogas, me apropié de la canción, y como siempre hago, le busqué el lado musical al asunto. Esto es; yo decido qué hacer con la música que entra por mis oídos, yo decido qué es bueno y qué es malo, si un disco me hace disfrutar de poco me sirve que todo el mundo lo considere mediocre, lo importante es lo que me reporta, para mí es un buen disco y en mi mundo yo soy el que pone las reglas y emite veredictos…..

Obviamente nadie posee la verdad absoluta ni puede creerse capaz de juzgar qué es bueno y qué es malo, en realidad muchas veces sería imposible emitir una opinión sin haber escuchado la de los demás, pero creo firmemente que en el juego de escuchar música todos tenemos la razón, y ahí radica parte de la diversión. Así, aunque todavía no haya encontrado a nadie que piense que Moi Caprice son grandes, para mí son uno de los grupos a tener en cuenta en los últimos años, sin que me importe una pizca la opinión de los demás, porque en mi interior nadie más que yo lleva la razón. Por fortuna estas palabras nunca hubieran podido ser escritas en Dinamarca, ya que por mucho que en España y buena parte del resto del mundo Moi Caprice sean unos verdaderos desconocidos con contados seguidores, en su país natal el cuarteto liderado por el vocalista Michael Moller ha sido protagonista de hechos tan curiosos como el de coquetear en 1997 con las listas de los más populares artistas daneses, cuando todavía no tenían ningún disco ni contrato firmado. Esta situación de orfandad discográfica se prolongaría durante largos años en los que el nombre de la banda y su culto fue acrecentándose en base a unos conciertos cada vez más concurridos, volviendo Moi Caprice a retomar su actividad una vez dada la bienvenida a una nueva década que en estos momentos ya deja tras de sí tres reseñables Lp’s y algún que otro primerizo Ep.

La tarea de seleccionar un disco que pueda servir de entrada a la música de Moi Caprice resulta complicada, los tres Lp’s publicados hasta la fecha tienen una personalidad y sello propios. Sobre la base de un Pop/Rock oscuro y de una cierta ampulosidad, que pone el acento al toque melodramático de su música, los daneses han sabido ir aportando nuevas variantes a su trabajo a lo largo de los años; mientras que Once Upon A Time The North se presentaba como un trabajo triunfal, de rescate de los temas que les habían hecho populares contra todo pronóstico, You Can’t Say No Forever acentuaba cierta electrónica de tintes europeos que puntualmente variaban el carácter de la banda, aportando una luminosidad que siendo desconocida hasta ese momento quedaría de nuevo diluida en los temas de The Art Of Kissing Properly, el más reciente trabajo de la banda, que vuelve a ensombrecer su sonido, poniendo el énfasis en un mayor cuidado de unos temas que resultan menos inmediatos, que no inferiores, que los escuchados en el pasado.

Así optar por cualquiera de los discos de Moi Caprice se convierte en una decisión personal que podrá variar en el tiempo en función del estado de ánimo del oyente. Hoy nos detenemos en Once Upon A Time The North por el simple hecho de haber sido el disco que nos los dio a conocer, y al mismo tiempo por contener en su interior algunas canciones a las que sucedieron otras muchas que no fueron capaces de borrar su recuerdo. Once Upon A Time The North es el resultado de una espera de casi siete años en los que el grupo pasó de empezar a despuntar como promesa, hasta aguardar con ilusión el fichaje por un primer sello que les dejaría colgados a mitad de trabajo, para suceder años de incertidumbre que finalizarían con la esperanza de un nuevo contrato y la publicación de diversos Ep’s que desembocan en este debut que les confirmó como la sensación danesa de 2003, gira triunfal incluida. Después de tantos años y el número de seguidores cosechados, este debut no podía más que incluir la totalidad de los temas estrella de los Ep’s que le precedieron, encontrándonos entre las diez canciones que lo componen ese The Sun & The Silence, pieza clave que siete años atrás les había dado a conocer gracias a un ambiente cargado de calidez, y ese toque dramático y oscuro que va a ser marca de la casa a partir de ahora, y que aquí se ve refrendado por una sección de cuerda que tensa el ambiente. Siguiendo un orden cronológico Daisies juega cartas distintas, con Michael Moller imprimiendo con su voz un lánguido aire romántico a una pieza de apariencia frágil pero rica en detalles, consiguiendo de nuevo reconocimiento a nivel de crítica y público. Summerfool comienza dubitativamente, no pareciendo ser pieza destinada a protagonizar un single y aparentando no ser gran cosa, pero poco a poco va subiendo en intensidad y emoción, hasta que cuando queremos darnos cuenta la canción ha cambiado y se presenta completa y rotunda ante nosotros mostrándose mucho más cercana a los pasajes del Rock que tanto ha gustado siempre por tierras escandinavas. Finalmente Artboy Meets Artgirl, titular del cuarto Ep. de la banda, pone el lado más Pop (concretamente Britpop) a la música de Moi Caprice, dándoles a conocer a una audiencia mayor de la que habían gozado hasta entonces, el tema goza de un estribillo contagioso que se sustenta en una compacta sección rítmica sobre la que Michael Moller se convierte en una suerte de Ian Broudie danés. Pero aún habrá tiempo para un último single, que no Ep., con Ridding In Cars With Girls, el más inmediato y fresco tema de todo el disco que nos confirma que los singles publicados hasta la fecha iban a tener una continuación en el tiempo. Con Ridding In Cars With Girls hemos repasado la mitad de este trabajo con unas canciones que recibieron un claro apoyo popular, quedando la duda de si Moi Caprice jugaron con su debut sobre seguro, pero el posible “fraude” se desmorona rápidamente al comprobar que el inédito The Only Happy Boy In Copenhagen abre el disco marcando uno de sus momentos álgidos. De nuevo una pizca de dramatismo no exento de cierta épica que puedes creerte o no, pero que funciona a las mil maravillas convirtiéndose en favorito instantáneo. Las cuatro piezas que restan se mueven en ambientes más íntimos, y quizás tengan una vocación más modesta sin que ello juegue en su contra, Chinese Butterflies es una bonita balada que en varias ocasiones parece morir, recobrando siempre la vitalidad. Airholes Makes Echoes es más ambiental de lo habitual y bien pudiera haber estado más justificado en el segundo trabajo del grupo, mientras que Girls In The Trees descansa en una percusión que, junto con el continuo crescendo, son gran parte de una canción que tarda casi cinco de sus nueve minutos de duración en arrancar, pareciendo consumir las pocas energías que a estas alturas le puedan quedar al grupo, de esta manera Berceuse es una despedida de las que gustan ser discretas, alzando la voz en el último momento para hacer notar su ausencia.

Puede que a muchos el trabajo en ocasiones recargado de Moi Caprice pueda parecer excesivo, pero en su favor podemos decir que los daneses son capaces de desmarcarse con unas referencias que no son las habituales en los días que corren, además de esconder en todos sus discos canciones de gran carga emocional que juegan con el dulce señuelo de la poderosa melodía. Lo suficiente para que tu curiosidad se despierte y te acerques a su música, prueba.

6 comments
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  1. Hola!
    Me da rabia no poder conseguir los discos de los que hablas. Después de lo de Dylan Mondegreen confío plenamente en vuestro criterio.

    No se sabe nada del disco que saca pasado mañana Britta Persson?. Promete, el primero era increible.
    Se llama Kill Hollywood Me.

    Un Saludo!.

  2. Pues a mí sí que me gustan Moi Caprice. Bueno, me gustaron muchísimo una tarde, en un concierto callejero en Dinamarca. Sonaban a post-punk elegante, mezclaban a Joy Division con My Bloody Valentine y lo hacían todo tan bien, tan en su sitio, que daba gusto verlos.
    Luego en disco nunca me han llegado a emocionar, pero aquella tarde fueron todo un deleite.
    Creo que les voy a dar otra oportunidad…

  3. Hola Esquimal,

    A ver, los discos de los que hablo se pueden conseguir todos a través de soulseek….aunque creo que hablé un día contigo y no podías ver mis archivos. A otro amigo que lee el blog habitualmente le pasaba lo mismo, esta tarde le he dicho el nombre de un usuario que se baja todo de mí y no ha tenido problema en ver sus archivos. Envíame un mensaje privado por el soulseek y te digo a tí también el nombre de ese usuario. Me alegra que te gustara el disco de Dylan Mondegreen, para mí también es un discazo 🙂

    A Britta Persson no la conozco, lo confieso. Me pongo con ella en cuanto tenga un ratillo.

    Saludos,
    Manuel Soleado

  4. Hola Marta,

    Entiendo esa referencia que haces a Joy Division después de verles en directo, la verdad es que su Rock (porque casi mejor calificarlo así puesto que se acerca más a lo suyo) tiene clara vena oscura. Tendremos oportunidad de comprobar su directo en breve.

    A mí todos sus trabajos me llenan, pero hay que dedicarles tiempo, son discos para escuchar cuando se ha buscado su momento. Desde luego, excepción hecha de este primer Lp, no creo que llevase sus discos en el coche, mejor en el sofá de casa prestando atención porque a veces se vuelven algo densos.

    Saludos,
    Manuel Soleado

  5. Vaya Manuel, me he kedao un poco enganchao con tu blog, lo iré leyendo poco a poco. Has mencionado a Mil Dolores Pequeños…eso me ha recordado, no ya a Corcobado sino a 713avo Amor, un grupazo, fundamentalmente por su disco “Horrores Varios de la Estupidez Actual”

  6. Hola Gabi,

    Recuerdo ese disco, era más joven y ecléctico y le tiraba absolutamente a todo. Creo que en ese sentido hemos salido perdiendo en España respecto a los primeros 90’s en los que se lanzó mucha gente a hacer cosas interesantes…

    Me alegra ver que te enganchaste al blog 🙂

    Saludos,
    Manuel Soleado

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